Desde el ITACyL se ha comprometido a realizar un estudio técnico y económico preliminar para analizar las distintas alternativas de una zona que abarca 1.333 hectáreas de superficie distribuidas entre ocho municipios de las provincias de León y Zamora.
El director general del ITACyL, Rafael Sáez, se ha reunido con los miembros de la Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas (CUAS) del Órbigo-Eria, oficialmente constituida, para informarles sobre los pasos a seguir para llevar a cabo la modernización de su zona de regadío. Esta comunidad, que incluye ocho municipios mencionados, cuenta con una superficie de 1.333 hectáreas divididas en aproximadamente 2.000 parcelas y una concesión de 5,3 hectómetros cúbicos por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), insuficiente para cubrir las necesidades de riego.
Ante esta situación, se les ha comunicado que, mientras se busca aumentar el caudal hídrico disponible, la mejora de la competitividad de las explotaciones agrícolas debe pasar por la optimización de los recursos mediante la modernización de las infraestructuras de riego. Con el objetivo de facilitar esta tarea, se ha comprometido la realización de un estudio técnico y económico preliminar por parte del ITACyL, que analizará las diferentes alternativas existentes y trabajará en conjunto para preparar las condiciones necesarias para iniciar, en el momento adecuado, el proceso de concentración parcelaria.
Además, se ha ofrecido colaboración para evaluar posibles fuentes de financiación, tanto regionales, nacionales como europeas, que puedan facilitar la ejecución del proyecto. En resumen, se ha reafirmado la disposición de la Junta para desarrollar un proyecto integral que combine la modernización con la concentración parcelaria, en coordinación con la planificación hidrológica. El compromiso con el regadío ha permitido iniciar acciones de transformación o modernización en 30.000 nuevas hectáreas en la presente legislatura, con una inversión superior a los 350 millones de euros.
Este compromiso refleja la importancia de optimizar los recursos hídricos y mejorar la competitividad de las explotaciones agrícolas en la zona, garantizando un uso eficiente de la tierra y del agua para impulsar el desarrollo sostenible de la agricultura en la región.
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