Rompiendo
El Ayuntamiento impulsa la conexión de edificios municipales a la red de calor de biomasa como un gran proyecto de ciudad, en colaboración con Somacyl y respaldado por la Junta de Gobierno Local. Este paso clave, liderado por la concejalía de Hacienda y la concejalía de Medio Ambiente, refuerza el compromiso institucional de avanzar hacia una ciudad climáticamente neutra y posiciona a Valladolid como una de las urbes más sostenibles de Europa. Este proyecto es parte fundamental de la ‘Misión Valladolid, ciudad sin emisiones en 2030’, con una inversión de más de 200 millones de euros respaldada por la Junta de Castilla y León. La colaboración entre la administración autonómica y local busca reducir las emisiones de CO₂, mejorar la eficiencia energética, promover la autosuficiencia y fortalecer la resiliencia urbana. La conexión se iniciará con el Polideportivo Huerta del Rey y se extenderá gradualmente a varios edificios municipales, incluyendo centros escolares, deportivos, culturales y administrativos. Estas instalaciones actuarán como ejemplos prácticos del cambio hacia una energía térmica renovable, generando confianza en el modelo entre la ciudadanía. La gestión económica y técnica del proyecto, a cargo de la concejalía de Hacienda y en colaboración con la concejalía de Medio Ambiente, garantiza eficiencia, control administrativo y transparencia en el proceso. Los beneficios para Valladolid y sus habitantes incluyen una reducción de emisiones de 1,400 toneladas de CO₂ al año y un ahorro económico significativo, que podría alcanzar hasta un 30% dependiendo de los precios de los combustibles fósiles. Además, se destaca la estabilidad de los precios como una ventaja económica clave de este acuerdo. El Ayuntamiento impulsa la conexión de edificios municipales a la red de calor de biomasa como proyecto de ciudad. El Ayuntamiento promueve la conexión de edificios municipales a la red de calor de biomasa como un importante proyecto para la ciudad.
4 Jul 2025, Vie

La Junta inicia expediente para declarar BIC a las Eras de Monsagro

Las Eras de Monsagro constituyen un Conjunto Etnológico singular y relevante, por su número, estado de conservación, ubicación, disposición y construcción, con un alto grado de autenticidad, que le hacen merecedor de ser protegido como Bien de Interés Cultural.

2 de julio de 2025

Castilla y León |
Consejería de Cultura, Turismo y Deporte

El Boletín Oficial de Castilla y León publica hoy el inicio del procedimiento, por parte de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, para la declaración de las Eras de Monsagro, en el municipio de Monsagro (Salamanca), como Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Etnológico.

La huella de los modos de vida tradicionales en muchas localidades de Castilla y León, basados en la agricultura de subsistencia y sustentada, sobre todo, en producciones agrícolas, ha producido un patrimonio etnográfico de gran riqueza, muy ligado a la Comunidad, en la que sigue siendo protagonista el mundo rural. En el caso de Monsagro, la agricultura se basaba en los cereales, fundamentalmente el centeno, y se complementaba con otras fuentes de riqueza como la explotación de colmenas o una mínima industria, como unas antiguas fábricas de curtidos, ya desaparecidas. Esta localidad cuenta con un bien etnográfico excepcional que son sus eras circulares empedradas, presentes en otras localidades de Castilla y León, pero que, por su número y configuración, aquí tienen un carácter singular.

Las eras para la trilla del cereal se hallan documentadas desde antiguo, a través de escritores del mundo latino clásico, lo que supone un claro indicio de que estar ante una realización humana de gran tradición histórica, dentro del ámbito popular campesino. En 1513, el agrónomo y escritor Gabriel Alonso de Herrera compuso un tratado de agricultura en el que ya diferencia las eras terrizas, realizadas compactando el terreno, y las empedradas, hechas a base de trozos de canto o enlosadas, como son las de Monsagro, cuya existencia documentada se remonta al siglo XVIII.

El conjunto de las Eras de Monsagro

Se trata de una treintena de eras circulares, empedradas con lanchas y lajas de piedra. Se rodean por muros de piedra en seco que están rematados con otras lanchas que se colocan en un sentido diagonal, con la mayor abertura hacia lo alto, con el fin de que la mies no rebasara el límite de la era. Las eras se ubican junto al pueblo, en su parte baja, y se adaptan al relieve descendente del monte hacia el río Agadón. De este modo, unas se van sobreponiendo sobre otras, de manera escalonada, como si se tratara de una cascada. Se acomodan perfectamente al paisaje de ladera en el que están enclavadas, ya que se trata de realizaciones aterrazadas, constituyendo bancales llamados paredones, círculo a círculo, hasta configurar un conjunto que desde el aire tiene un aire castreño.

Su función ha sido la de realizar la trilla del cereal, así como la limpia y separación del grano de la paja, antes del almacenamiento en la propia casa familiar de cada campesino. La última vez que se usaron para este fin fue en 1998. En cuanto a su propiedad, el terreno en el que se ubican es de titularidad municipal, pero con derecho de uso de los vecinos, que se heredaba de una generación a otra. Esta implicación de toda la vecindad es una de las razones por las que las eras se han conservado con un alto grado de autenticidad. A este bien etnográfico se unen otras manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial. Las trillas tradicionalmente fueron también escenario de cantes y bailes, y hoy en día perdura esta vertiente inmaterial, con el llamado Día de la Trilla, promovido desde hace unos años por el Ayuntamiento, en el que se rememoran las actividades del pasado que tenían lugar en las eras.

Desde el punto de vista etnológico, las Eras de Monsagro son un reflejo de la identidad social y cultural de nuestro mundo rural, pues constituye un testimonio excepcional de las formas de vida de nuestros antepasados hasta hace pocas décadas. Son muestra de la antropización del medio natural, de la adaptación del hombre a un entorno del que extraía, con esfuerzo y sabiduría, lo necesario para vivir. El uso de la piedra y la tierra, trabajadas con sencillez y belleza, ha creado este conjunto cuya protección y conservación es imprescindible para su conocimiento por parte de las generaciones futuras.

FUENTE

Por Redaccion

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